miércoles, 29 de junio de 2016

Tiempo al tiempo

He roto todos los relojes
Que no dejaban de hacer eco de mi efímera existencia
En cada golpe del segundero.

Le he quitado las agujas al tiempo
Para que dejasen de tener mi destino y el ruido de éstas aún retumba en mi cabeza.

Me he deshecho del reloj de pulsera
Que me clavaba horas en las muñecas
Inyectando vejez a modo de veneno en mis venas.

Y he descolgado el reloj de pared de mi cuarto
Para que dejase de inocular tiempo en cada tic-tac
Condensando el aire de horas muertas.

Le he rogado a mi vida que se parase
Que me diese una tregua para coger aire,
He gritado que quería dejar de morir
Ya que la vida sólo es un camino al fin,
Y a tu pluma le he susurrado que me hiciese inmortal
Pensando que si lo decía flojito se haría realidad.

He tratado de huir,
He corrido laberintos eternos
Con principio y fin dentro de mi cabeza,
He buscado escapes y salidas de emergencia
Ahogándome en cada intento
Por haberme atrevido a hacerlo
Sin filtros de por medio.

Estoy perdiendo la noción de las palabras,
Él orden de los sentidos
Y la percepcion de mis sentimientos.
No soy capaz de diferenciar mis emociones
Y mi corazón sigue bombeando pequeñas dosis de veneno,
Pero lo que es aún peor, me siento inconclusa por no ser capaz de leer la última página de este libro.

He llegado cientos de veces a la conclusión de que debía olvidarme de este tema,
Me han dicho que dejase de darle vueltas
Y, de verdad que lo he intentado
Como el que arrastra el polvo bajo la alfombra,
Yo lo he barrido lo más lejos posible de mi conciencia.
Pero de nada sirve taparse los oídos cuando el ruido viene de dentro.

Si cada instante es único no quiero pararme a pensarlo,
Quiero dejar de sentirme culpable cada vez que te desperdicio,
Y quiero dejar de ahogarme en una gota de agua
Tan sucia, que ya no me permite distinguir nada.

Estoy cansada de ver el tiempo deslizándose entre nuestros labios
Y que seamos incapaces de atraparlo,
Y huyamos donde ni el tiempo ni la realidad sean capaces de alcanzarnos.

Tras todo esto,
He jugado a vivir ignorando la realidad,
He imaginado cientos de mundo y vidas paralelas
Que por muy lejanas que pareciesen siempre convergían al final
Muerte y olvido:
Muerte con punto final
Y olvido a modo de entrada cutre de un libro que nadie leerá.

He escrito esto
Y acto seguido he deseado romperlo
O tapar mis ojos para dejar de ver la realidad
Aún sabiendo que esta ya no se podía ocultar.

Y aquí os lo dejo a modo de veneno esperando que alguno encuentre su cura y se convierta en antídoto para los que le rodean.

Hagamos cierto el jamas.

sábado, 21 de mayo de 2016

Frío.

Nubes que se esconden en el calor,
reflejos a la luz de la muerte de sol y el renacer de la luna.
Sábanas ardiendo de nostalgia,
y nostalgia llorando en la cuna.

Niñez arruinada por voces vacías de mentes adultas,
inmaduras,
inacabadas.
Anatomía de un desnudo bajo la incalculable perdición de un verso sin sentido.

Lágrimas bajo pieles y pieles bajo lágrimas.
Oscuras, blancas, intermedias .
(las pieles no, las lágrimas )

Llanto desconsolado y gota suicida.
Perdonar al diablo,
 y afirmar que mi desnudo no me ha gustado,
sin importar que la anatomía,
 fuera del alma o del cuerpo.

La televisión esta apagada,
 pero sigo viendo a la gente muriendo.

Y mis sábanas arden,
 queriendo acunar a la nostalgia
 de un niño en guerra.

La luna renace queriendo deslumbrar
 a las pieles más destrozadas por voces vacías pero el sol mató a la esperanza
 y la fortuna.

Nubes,
que os escondéis intermitentes entre letras,
contadme ,
¿porque la primavera es cálida
 y siento tanto frío?
¿Porque la gente se hiela de dolor cuando se merecen reír acalorados?

Palidez infinita en el desnudo de la luna mientras el sol suplica renacer,
con ella, que cuando la noche mala venga,
por las nubes frías de otoño,
volverá a caer.

sábado, 7 de mayo de 2016

Beret

Dime por que y te digo cientos de razones de por que me equivoque  ya no me quedan máscaras,
ni tacto en esta piel.
Soy polvo de estrellas losé,
sigo en mi cuarto menguante  y a pesar de todo aguanté la eternidad de tus instantes  y pude parar el reloj cuando no olía a azahar,
y supe callarme cuando quise amar,
y pude morder el agua y arrancarme la arena,   y si te llamaba mar, era por que brotaba tanta energía de tus dedos, que tus huellas eran alma si mordían con mis yemas,
 y yo llamaba poesía a cada pena que contabas por que cada pena tuya era la mía y yo te decía frena, cada vez que nos gritábamos  y yo te decía frena, cada vez que nos matábamos  vida mía frena, no hablaba el corazón  vida mía frena, eras tú o yo y yo te decía frena, cuando no volábamos  y yo te decía frena, ya no existe el dos  vida mía frena, dime por que no..  tu me olvidas yo vivo el recuerdo,
si quería vivir tu locura, y he acabado todavía mas cuerdo,  y me jode que no te des cuenta, que existía el gris antes que negro,  para que suicidarnos mejor vernos, sigo nadando a la nada, un barco sin puerto.

El caso no es volverte a ver, sino ver cómo vuelves, si merece la pena ya perderme o no perderte, no sé... Si las historias las escriben aquellos que ganan siempre, nosotros que hemos perdido que diremos de aquello que mataba pero nos hacía más fuertes, como echarnos de menos y después a la cara diez mil “por qués”. Los mejores puzzles son los que no encajan pero con el tiempo sí, por eso mis brazos te sientan bien.
Y ‘no sé’ era la respuesta favorita del destino para matarnos y no hacernos bien, ya que no existe peor camino que no saber ni dónde correr ni peor suspiro que mirarte y ver que nada va a cambiar. Que tienes que hacer lo que debes por necesidad, a pesar de que lo que quieres se va. Que has pasado media vida buscando tu otra mitad, para pasar la otra media intentándola olvidar. Y todo va y viene, pero mucho más se va, que las cosas que quedan para siempre no es lo material, que no es depender de ti, es darte mi felicidad.
Y claro que te echo de menos, por eso me echo de más. Claro que me matan miedos si no me puedes salvar. Ahora entiendo el ‘para siempre’ que me jurabas lograr.. para siempre era el recuerdo, no la puta realidad. Si todo se resume en ti, no sé si quiero escribir más. Aún sigo esperando el día que compense todo el mal. Prefiero que digas ‘no’ a ‘ no sé, eso ya se sabrá’ porque yo ya no sé nada, solo sé que volarás.

Y sé que eso te hará más libre, sé que no te puedo encarcelar.
Yo, que entré en tu jaula para quedarme a vivir, he empezado a odiar tu libertad.
Es que sé que estoy perdida pero no perdiendo, por eso me quedo conmigo un rato más.
Te llamaría suerte pero creo en ti, no quiero saber tus planes, solo quiero planear. Suficiente como para callar a gritos al silencio, el futuro será ahogarnos en todo aquello que no hacemos.
No pensamos en qué somos sino en quién coño seremos, ahí empezó la rutina de callarnos con mil peros.
Por la lluvia de mis ojos, entiendo el llamarte cielo y por la furia de tus ojos, entiendo el llamarme miedo,
guíame con tu silencio que así sí nos entendemos.

jueves, 14 de abril de 2016

Empezar.

A lo mejor debería empezar a preguntarme por qué no soy la chica a la que le cogerías la mano en un paso de cebra,
La que le presentarías a tus padres.
A la que prepararías lo único que sabes cocinar
E irías a buscar a la salida del instituto.
La chica de la que hablarías a tus amigos y les dirías lo increíble que es,
Lo guapa que está cuando se suelta el pelo o
Cuando se pone esa camiseta ancha que tanto le gusta.
Aquella que mirarías como si fuera una niña
Y amarías como a una mujer.
Aquella que dejaría mal a las estrellas
Del brillo que tienen sus ojos.
Esa chica que te hace dudar de todo
Porque ella es lo único que tienes claro.
Debería empezar a preguntarme
Por qué no me coges de la cadera en mitad de la gran vía
Y no me luces como si fuera tu mejor tesoro.
Por qué no me mandas mensajes a las dos de la mañana,
Cuando vuelves hecho polvo de las fiestas
Pidiéndome que sonría,
No porque esté más o menos guapa,
Si no porque parezco menos complicada.
Debería empezar a preguntarme
También,
Por qué no quieres resolver la ecuación que tengo en la cabeza,
Que mi enunciado es muy simple
Y mi solución solo un par de caricias.
Qué no pido que me quieran mucho
Solo que me quieran bien.
Y parece que me dices que mi problema es
Qué voy de la chica que rompe los esquemas
Con una copa en la mano y una poesía en la otra
Porque no tengo suficientes piernas, ni belleza, ni cojones
Para hacerlo de otra manera.
Qué esquemas me van a romper a mi
Si es a mí a la que rompen entera.
Que ya sé que
No tengo cuerpo de infarto
Ni piernas de taquicardia.
No soy una chica de ésas
Qué las ves pasar y piensas:
¿Quién besara esos labios?
Mi ombligo no es tierra prometida
Ni mis caderas paraíso de nadie.
No soy el salvavidas
Ni la salida de emergencia de nadie.
Y tú,
Que traías contigo la primavera en tus ojos,
El verano sobre tus piernas
Invierno en tus palabras
Y el otoño en tus pestañas.
Permíteme pedir un deseo.
Un deseo que me salve de este fraseo injusto que me está llevando a la ruina.
Que yo ya perdí mi tiempo estrellando palabras tuyas sobre un folio.
Imbecil,
Que estas desaprovechando unos labios como estos.
Tengo andares de insegura,
Mente de insegura,
Sonrisa de insegura
Porque tú me hiciste que fuera así.
Hasta que un día descubrí que de una sonrisa también salen balas,
Qué  nunca más seria la víctima de tus disparos.
Que tenía que quererme yo antes de cualquier capullo que,
Sin reparos,
Me había obligado a olvidarme.
Me di cuenta de que tengo siete vidas
Y que había gastado seis en intentar enamorarte
Y esta última la voy a utilizar
Únicamente en querer a los míos,
Es cosa tuya estar o no en ese grupo.

jueves, 7 de abril de 2016

1 de Abril;

En enero casi ni te reconocí,
En Febrero el frío se acumulaba,
Marzo trajo esperanza
Y espero que Abril haga que abras los ojos.

Pido clemencia
Ante tus ojos color cristal,
Con un perdón que refleja
El amor que nunca te supe dar.

El miedo a perderte se acurruca en mi costado
Haciendo disminuir mi respiración
Con cada "lo siento" malgastado.

Quizás esta sea la última vez que nos escriba
Con un "Te quiero" de posdata
Y una lagrima de sello,
El sobre; un recuerdo que espero que no olvides jamás.

Esta sensación de estar cayendo
Hace que me suba un poco más
Haciéndome pensar que puedo
La venda de tus ojos quitar.

Quizás sean tus ojos
Tu tierna manera de mirar
La que un día me enamoro
Y hoy echo de más.

Quiero ser el desastre,
El viento que a las hojas hace caer,
Un intento de otoño interminable,
Una razón por la que seguir bien.

Creo que este es el final,
de este poema que rima casi no tiene.
Me declaro culpable de mis heridas
Una vez más,
"Esta
no
será
la
última
vez
que
te
escriba".

lunes, 21 de marzo de 2016

Caos

Permíteme decirte, por si esta es nuestra última vez;

Jamás fuimos polos opuestos, aunque siempre hubo algo que nos separo. Llámalo vida, destino o el camino que nos llevó a la misma Roma, pero que uno de los dos supo cómo salir, y salió sin avisar.
Las veces en las que te dije que te fueras, fueron las mismas en las que te supliqué, por favor, no, no me dejes. Porque si lo haces, sé que jamás volveré a encontrarnos.
Créeme cuando te digo que lo más bonito de nosotros fue haber coincidido. Yo qué sé, a lo mejor fue en el desastre, pero bien dicen que lo mejor siempre se encuentra donde nadie mira, porque algo ha de brillar dentro de aquellas tristes vistas.
No dudes ni un segundo cuando vuelvas a sentirme, o cuando viendo algún atardecer, un escalofrío te recuerde a mi, a lo nuestro, a lo que sin llegar a ser nada para mí fuiste un todo y que ha estallado fugaz y brutalmente.
Porque hay recuerdos, como el tuyo, que golpean fuerte por las noches. Salimos heridos, de eso ya se encarga el corazón de contabilizar las heridas que aún nos hacen tiritar cuando se nos pasa una vaga idea de lo que ya no va a volver.
Dame fuerzas para seguir, porque tú recuerdo pesa mucho y me duelen los hombros de saber que el mío en ti no te pesa nada.
Al final acabamos comprendiendo que hay cosas que no tienen explicación y si la tienen, buscarla, solo nos llevaría a un lugar peor que aquel en el que estamos.
Acabamos dándonos cuenta de que por mucho que lo intentemos, hay cosas que se quedaran siempre fuera de nuestras manos porque simplemente no han sido escritas para quedarse a nuestro lado.
Acabamos por terminar aquellas historias que dejamos a medias.
La vida es una carrera en la que te intentan pisar y puede que incluso lo consigan; lo importante es darse cuenta de que también la herida es bella por mucho que escueza.
Que en la guerra siempre hay quien siembra algo de paz.
A veces, nos empeñamos en colocar la felicidad donde menos se encuentra. Nos parece hasta verla ahí. Hasta tocarla, olerla...
Pero qué sería de esta realidad sin soñar con otra distinta. Que sería de mí sin antes haberte conocido.
Te conocí. Fue como comprar un billete sólo de ida a cualquier parte del mundo. Pero gratis y sin avisar.
En frente tuya me sentía como si tuviera el mar delante. Y que pequeña parecía cuando me susurrabas a dos centímetros de mi cuello.
Hablabas de cualquier parte del mundo cuando ni si quiera habías salido más allá de la frontera, de tu frontera.
¿Hacías lo que fuera para hacerme sonreír?
Y yo no sé qué pasó, supongo que alguien apareció e hizo que tu mundo diera una vuelta destrozando el nuestro. Dejamos de compartir canción y ni si quiera me mirabas.
Yo me iba a casa y tus miradas eran escasas. Podría decir que estaban tus ojos rotos. Y no tuviste valor para decirme que todo había cambiado. Tuve que decir yo que nada merecía la pena.
Perjuraste que no había otra persona, que la culpa no era de nadie, y mientras puse cara de que no me importaba cuando lo único que quería era que me invitaras a tomar un café.
Ahora te echo de menos, y me duele decirlo. Echo de menos tú olor, tú risa, te echo de menos, me echo de menos.
Quiero un billete de ida y me sale demasiado caro. Dicen que está agotado, aunque lo que no saben es que la que está agotada es la que intenta comprarlo.