jueves, 14 de abril de 2016

Empezar.

A lo mejor debería empezar a preguntarme por qué no soy la chica a la que le cogerías la mano en un paso de cebra,
La que le presentarías a tus padres.
A la que prepararías lo único que sabes cocinar
E irías a buscar a la salida del instituto.
La chica de la que hablarías a tus amigos y les dirías lo increíble que es,
Lo guapa que está cuando se suelta el pelo o
Cuando se pone esa camiseta ancha que tanto le gusta.
Aquella que mirarías como si fuera una niña
Y amarías como a una mujer.
Aquella que dejaría mal a las estrellas
Del brillo que tienen sus ojos.
Esa chica que te hace dudar de todo
Porque ella es lo único que tienes claro.
Debería empezar a preguntarme
Por qué no me coges de la cadera en mitad de la gran vía
Y no me luces como si fuera tu mejor tesoro.
Por qué no me mandas mensajes a las dos de la mañana,
Cuando vuelves hecho polvo de las fiestas
Pidiéndome que sonría,
No porque esté más o menos guapa,
Si no porque parezco menos complicada.
Debería empezar a preguntarme
También,
Por qué no quieres resolver la ecuación que tengo en la cabeza,
Que mi enunciado es muy simple
Y mi solución solo un par de caricias.
Qué no pido que me quieran mucho
Solo que me quieran bien.
Y parece que me dices que mi problema es
Qué voy de la chica que rompe los esquemas
Con una copa en la mano y una poesía en la otra
Porque no tengo suficientes piernas, ni belleza, ni cojones
Para hacerlo de otra manera.
Qué esquemas me van a romper a mi
Si es a mí a la que rompen entera.
Que ya sé que
No tengo cuerpo de infarto
Ni piernas de taquicardia.
No soy una chica de ésas
Qué las ves pasar y piensas:
¿Quién besara esos labios?
Mi ombligo no es tierra prometida
Ni mis caderas paraíso de nadie.
No soy el salvavidas
Ni la salida de emergencia de nadie.
Y tú,
Que traías contigo la primavera en tus ojos,
El verano sobre tus piernas
Invierno en tus palabras
Y el otoño en tus pestañas.
Permíteme pedir un deseo.
Un deseo que me salve de este fraseo injusto que me está llevando a la ruina.
Que yo ya perdí mi tiempo estrellando palabras tuyas sobre un folio.
Imbecil,
Que estas desaprovechando unos labios como estos.
Tengo andares de insegura,
Mente de insegura,
Sonrisa de insegura
Porque tú me hiciste que fuera así.
Hasta que un día descubrí que de una sonrisa también salen balas,
Qué  nunca más seria la víctima de tus disparos.
Que tenía que quererme yo antes de cualquier capullo que,
Sin reparos,
Me había obligado a olvidarme.
Me di cuenta de que tengo siete vidas
Y que había gastado seis en intentar enamorarte
Y esta última la voy a utilizar
Únicamente en querer a los míos,
Es cosa tuya estar o no en ese grupo.

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